Como bien sabemos, el agua es un recurso natural necesario para la supervivencia de la vida en el planeta. Sin embargo, no logramos acostumbrarnos a ver el agua como algo escaso o importante, pero en el futuro la crisis de este recurso nos obligará a ser más precavidos.
En la actualidad, todavía existen familias alrededor del mundo que no tienen libre acceso al agua, lo que es un derecho básico para todo ser humano. Mientras que aquellos que sí pueden hacer uso de este recurso no lo cuidan como deberían.
Uno de los objetivos de las Naciones Unidas para la Agenda 2030 es "garantizar agua para la vida de los seres humanos y las especies en la tierra, asequible, libre de contaminación y gestionada de forma eficiente y sostenible".
Esta preocupación se debe a todas las actividades humanas que hacen un mal uso del agua y/o la contaminan, ya que el agua potable no es una fuente inagotable.
Además, los efectos que la crisis climática está teniendo en la tierra hace que el ciclo del agua cambie, haya precipitaciones inesperadas y se generen modificaciones tanto en la evaporación como en la temperatura del agua.
Esto último trae fuertes consecuencias para todos los ecosistemas, la salud, biodiversidad y el bienestar de cientos de millones de personas que dependen de una fuente agua para vivir.
Sin embargo, hay maneras de proteger el agua potable al buscar sistemas de riego para la agricultura y ganadería que sean más sustentables ya que estas hacen un gran uso del agua.
Además, el uso del agua para la construcción también está afectando a los ríos, que a su vez perjudica directamente a la biodiversidad, provocando su desaparición y en efecto los ecosistemas de agua dulce.
El desafío que se nos presenta y presentará en el futuro con más fuerza es priorizar soluciones que puedan ayudarnos a hacer un uso consciente de un recurso que dentro de unos años podría ser escaso y estar en crisis de no tomarse las medidas necesarias.