Muchos adultos y cada vez más los adolescentes, realizan estrictas dietas intentando bajar de peso en busca de un supuesto peso “ideal”. Muchas veces, de manera peligrosa y sin la supervisión de un nutricionista, y cada vez a menor edad.
La infancia es una etapa fundamental en la vida de las personas, ya que es un momento de aprendizaje, desarrollo y crecimiento que dejará su marca para siempre. Y la alimentación, es un pilar fundamental para que los niños puedan tener una vida sana, y reciban los nutrientes acordes a sus necesidades.
La nutrición para niños se basa en los mismos principios que la nutrición para adultos, asegura en un informe la Clínica Mayo. Vitaminas, minerales, hidratos de carbono, proteínas y grasa, tienen que combinarse en una dieta equilibrada. También hay que tener en cuenta, que los niños necesitan diferentes cantidades de nutrientes específicos según las diferentes edades
La Asociación Española de Pediatría, recomienda distribuir estos nutrientes en cuatro o cinco comidas al día. En el caso de chicos en edad preescolar, algo más del 50 por ciento de los alimentos deben ser hidratos de carbono, como legumbres, cereales, tubérculos y frutas. Además, entre un 10 y un 15 por ciento de la dieta deben ser proteínas de alta calidad, más de la mitad de origen animal. Y entre un 30 y un 35 por ciento grasas, provenientes de aceite de oliva y frutos secos.
A los tres años, entonces, son necesarias entre 1.300 a 1.500 kcal/día, teniendo en cuenta también la actividad física. Y unas 1.800 kcal/día (90 kcal/kg/día) de los cuatro a los seis años. Estas se deben distribuir en un 25 por ciento en el desayuno, un 30 por ciento en la comida, un 15 por ciento en la merienda y otro 30 por ciento en la cena.
Mientras que entre los seis y los 10 años, los niños ya comienzan con la escuela, por lo que requieren un mayor esfuerzo de pensamiento y físico. En este momento es fundamental un buen desayuno nutritivo, sin prisas y en abundancia. Esto permite aliviar la carga del almuerzo, intentando disminuir la sal y el consumo de alimentos fritos.
Otro consejo a tener en cuenta, es incorporar el agua como pilar fundamental de la dieta, en abundancia y durante todo el día. También es aconsejable buscar ‘snacks’ saludables, como fruta, palomitas de maíz, nueces sin sal y yogurt sin sabor.