Las uñas frágiles, que se rompen, se descaman o se doblan con facilidad, son una molestia frecuente. Afortunadamente, con algunos cuidados diarios y cambios sencillos en la rutina, es posible fortalecerlas y devolverles su resistencia y belleza natural.
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la alimentación. Las uñas están compuestas principalmente de queratina, una proteína que necesita nutrientes específicos para mantenerse firme y saludable. Según los especialistas, incorporar alimentos ricos en biotina, hierro, colágeno, zinc y vitamina E puede marcar una gran diferencia.
Otro punto clave es evitar la exposición excesiva a productos químicos, como esmaltes agresivos, removedores con acetona o detergentes sin protección. Estos elementos debilitan la lámina ungueal de las uñas, resecándola y haciendo que pierda su consistencia natural.
Es por esto que se recomienda optar por esmaltes fortalecedores sin formaldehído y aplicar siempre una base protectora antes del color. Si es posible, es aconsejable descansar las uñas unos días entre cada esmaltado para favorecer su recuperación.
"Es aconsejable descansar las uñas unos días entre cada esmaltado para favorecer su recuperación".
Hidratación diaria
La hidratación diaria es esencial. Aplicar aceite de ricino, almendras o coco sobre las uñas y cutículas ayuda a mantener la flexibilidad y prevenir que se quiete. Estas fórmulas naturales penetran profundamente, nutriendo la matriz ungueal y reforzando su crecimiento.
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