Evitar el desperdicio es una de las claves en esta nueva era en donde se piensa más que nunca en lo ambiental. En este punto, las naranjas tienen componentes a los que les podemos sacar provecho de diferentes maneras. Cada parte de este cítrico es útil en distintas formas.
El más obvio de los usos de las naranjas es el de su pulpa, que puede servir para jugos, batidos, postres, mermeladas o para consumir por gajos. Pero, también se puede usar la cáscara de las naranjas para cuestiones del hogar y el jardín.
Muchas personas suelen desechar las cáscaras de las naranjas sin tener en cuenta que contienen aceites esenciales, fibra y un sabor intenso. Las mismas pueden usarse como ralladura que se suele añadirse a recetas de repostería, confitados, tés, ambientadores naturales y productos de limpiezas.
La cáscara de las naranjas para cuestiones del hogar y el jardín.
A su vez, las semillas de las naranjas se pueden usar para su cultivo o para exfoliantes naturales, que se hacen al triturarlas y mezclarlas con miel o aceite de coco. Asimismo, el jugo sobrante es ideal para cubos de hielo, aderezo de ensalada o marinados.
El jardín
A la hora de exprimir al máximo los usos de las naranjas, vale mencionar el compost. Las cáscaras o semillas pueden convertirse en residuo orgánico para la tierra de tu jardín o la de tus macetas, siendo así una alternativa ecológica y, sobre todo, económica.
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