Jueves 15 de Febrero 2024
JORDI CASTELL

Jordi Castell hizo de las suyas en Nueva York y Kel Calderón lo expuso ante todos

Sin frenos.

Jordi Castell. Fuente: (Google)
Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Jordi Castell se encuentra de viaje por Nueva York. Pero el fotógrafo no se encuentra solo, sino que cuenta con la inmejorable compañía de Kel Calderón, una de las ‘influencers’ más importantes del país.

Ambas figuras nacionales andan haciendo de las suyas por Estados Unidos. A través de sus respectivas cuentas de Instagram, tanto Jordi Castell como Kel Calderón van dejando constancia de sus locuras en “la ciudad que nunca duerme”.

Jordi Castell. Fuente: (Google).

Ambos viajaron hasta Nueva York invitados para un importante evento de una reconocida marca de teléfonos celulares. A través de sus redes sociales, Jordi Castell ha ido llevando un diario de sus actividades en este viaje, y de las pintorescas situaciones y personajes que ha ido conociendo.

Con menos palabras, pero el ojo atento a los momentos icónicos, Kel Calderón captó con su teléfono celular un momento hilarante protagonizado por su amigo. Sucedió mientras ambos realizaban uno de esos famosos recorridos por la ciudad, en un bus turístico.

Fuente: (Instagram de Kel Calderón).

Una de Beyoncé

Jordi Castell tomó el micrófono y empezó a hacer su show. El fotógrafo quiso cantar la canción “Break my soul” de Beyonce. Pero en cuanto el expanelista de “Primer plano”, puso un pie sobre un escalón del transporte, una de las guías se puso muy nerviosa.

"No, tenga cuidado".

“No, tenga cuidado, no se suba ahí por favor”, le dijo la mujer norteamericana. “¡Canta!”, le dijo en cambio Kel Calderón, y al ver que su presentación no generaba el mayor entusiasmo en el improvisado público, Jordi Castell decidió redoblar la apuesta.

El fotógrafo se trepó al techo del vehículo, y como si se tratase de una escena de una película de Marilyn Monroe o Michelle Pfeiffer en “Los fabulosos Baker boys”, en la recordada escena del piano, siguió cantando desde allí. Hasta que claro, entre el temor de los turistas y la molestia de los guías, lo obligaron a bajar.